Asilado en un inmundo cuarto de azotea, Edén Sandoval vive entre el tedio cotidiano y los abusos de una casera paranoica. Un día, ante la oportunidad de ganar una apuesta, acepta enfrentar a un peligroso perro de pelea en una arena clandestina. El dispar duelo probará si puede quebrarse la materia de la que está hecho un guerrero del infortunio. Esta historia traza el reverso de la clásica novela de aprendizaje, pues aunque la vida se empeñe en desafiar las fuerzas del personaje, vaciar sus sueños y hostilizarlo hasta que se reviente, en ninguna orilla del cotidiano inframundo habrá moraleja ni redención que salven la jornada.
La primera novela de J. M. Servín es la puerta de entrada a un universo literario agreste y despiadado, en el que medran la ilegalidad y los dramas anónimos. La desoladora narración de Cuartos para gente sola sucede al margen de la existencia de un bien supremo, la camisa de fuerza moralista y la lucha por el triunfo social. Ganar y perder no representan categorías sustanciales. Lo urgente es mantenerse vivo y alerta. Así como seguir al propio instinto, única ley valedera en la selva de la ciudad subterránea.