Escritos ex profeso para sus hijos, pero no por ello menos influyentes en la literatura que siguió a su publicación, los relatos fantásticos de Oscar Wilde revisan un abanico de temas que va de la fabulación moral a la filosofía de la creación o la más feroz crítica de las costumbres de la alta sociedad inglesa –que terminó por rechazar al autor, encarcelarlo y mandarlo a morir en el exilio.
Ninguna tradición resistiría el flagelo de una ironía metódica y descarada como aquella de la que Wilde era capaz. Sus cuentos, por lo tanto, representa la cumbre y la sepultura de la imaginación victoriana. Así es siempre con los grandes escritores: no le dejan a su progenie más remedio que reinventar la literatura.
Los cuentos y poemas que forman esta selección -“El ruiseñor y la rosa”, “El príncipe feliz” o “Ego te absolvo”-, son clásicos en la cultura moderna occidental.