El título representa uno de los ejemplos más acabados de
la poesía visual mexicana reciente; un hito, un libro raro, exquisito para
iniciados ahora que este género híbrido toma un ímpetu inusitado; en él el
tiempo se coagula en verso y el verso se transfigura en tiempo plástico. Montes
de Oca logra lo que pocos de los poetas mexicanos han logrado: un libro
pitagórico (matemáticamente lírico/místicamente profano); bestia y bestiario;
animal lingüístico a la vez que cuaderno de dibujo, en busca obsesiva por ese
lugar donde el tiempo deja de ser herida para comenzar a cicatrizarse como un
recuerdo, que, sin embargo, siempre será dolorido. Dentro del esfuerzo de
Ediciones del Lirio por rescatar y difundir obras poco conocidas u olvidadas de
destacados autores hispanoamericanos, dedican ahora un volumen a la obra del
poeta, narrador y pintor Marco Antonio Montes de Oca en un merecido homenaje a
su trabajo.