La obra de Ricardo Yáñez (1949) es una de las más ricas de la poesía mexicana reciente. En lo que se refiere a estructura, nos ofrece composiciones impecablemente formales, así como otras realizadas con una gran libertad. Sin embargo, su común denominador es una concentración semántica que difícilmente se encuentra en la poesía actual. En sus distintas vertientes el poeta se asume sobre todo y ante todo como un atento orfebre del verso y cuando leemos su poesía nos invade la sensación de que el texto funciona sólo tal y como él lo concibió.
Con una trayectoria que suma más de cuarenta años, Yáñez ha publicado poemarios memorables como Ni lo que digo (1985), Dejar de ser (1994), Antes del habla (1995), Si la llama (2000), Estrella oída (2002), Vado (2004), Piso de tierra (2007), Como al principio (2009) y Versos dicen (2010), por citar algunos.
Acerca del trabajo de Yáñez, Ramiro Aguirre, encargado de la antología Una vez, una vida, señala que la «…característica notoria en su trabajo […] es el gusto por lo lúdico, el juego, la búsqueda a fondo de las posibilidades expresivas del español: mediante frases subordinadas logra generar matices y efectos inusitados. […] Ello supone un ahondamiento consciente en la tradición poética castellana. Vigilante de sus raíces, no está ocupado en ampliar caminos ya transitados por otros escritores…» Ricardo Yáñez es uno de los más destacados poetas jaliscienses nacidos en la década de los cincuenta del siglo XX. En estas páginas el lector encontrará una muy representativa selección de su trabajo poético, que abarca su trayectoria de principio a fin.