"Una vez más Barnum-Ortuño hace desfilar ante nosotros lo mejor de su sideshow bizarro; poesía freak, escrita a punta de estilete, tan lejana y opuesta a la retórica de “bordados y tejidos” de mucha de la lírica mexicana de siempre. El poema como estrategia de incorrección poética, como artefacto exterminador de lenguaje basura, refaccionado con una promiscua colección de cacharros, prótesis, postizos y múltiples partes usadas, extraídas directamente de la Yonke-Realidad.
En Perlesía sorprenden los inusuales caminos por los que Ortuño le echa el guante a la belleza, pero la sorpresa es doble, ya que al parecer el único interés de alcanzarla reside en la satisfacción de sodomizarla después, taladro en mano.
Como si de un filme clase B se tratara, el poeta –dinamitero disfrazado de bibliotecario sentimental– se desentiende una y otra vez del guión y nos apunta directamente a la cabeza: Hay que cantar para el público, pero al mismo tiempo no hay que dejarle un hueso sano.
Pase y vea."
Ismael Velázquez Juárez