"El saldo moderno que asume la escritura de
Solórzano es: no la gratuidad del juego sino su deber: el de devolver
lugares al lugar, el de proponer a cada instante de
escritura la refundación del espacio habitable para el poema. […] Un
rasgo sobresaliente en la poesía de Laura Solórzano es su buscada
atematicidad. O mejor: la buscada arbitrariedad de sus
temas. O también, su no exclusividad, su no remisión a una tópica
consabida, “poética”. Cualquier tema es bueno para esta escritura. Por
momentos parecería que los temas toman cuerpo a medida en
el que el poema, mediante el crecimiento que genera la atracción de
las palabras ?ese entramado?, se desarrolla. El lector no sospecha de
qué trata el poema antes de repasarlo después de
terminado." Eduardo Millán