Hoy más que nunca atestiguamos graves antagonismos contra etnias o grupos religiosos o culturales que nos parecen "diferentes". La corrección política con que se nombra no hace sino disimular el pánico irracional que nos provoca el Otro. En Tinta del exotismo, Gabriel Weisz aborda el tema del sujeto exótico, ése que nos provoca atracción y al mismo tiempo rechazo. El sujeto exótico, nos dice Weisz, representa el lugar por colonizar, y así la alteridad resulta un estímulo para despertar la sed de aventura, lo cual ha sido abordado en la narrativa, el teatro y aun el cine, por autores como Carpentier, Vargas Llora, Anzaldúa, Andrade, Moore, Coetze, Defoe, entre otros.
Inspirado en reflexiones sobre el tema de Barthes, Ricoeur, Todorov, Bajtín, Said y Derrida, el autor anlaiza si lo salvaje, aquello que denominamos primitivo, define la ignorancia oculta en nuestros vocabularios culturales.