Estudió Literatura Dramática y Teatro (1966–1975), y maestría en Letras Inglesas, con especialidad en Teatro y Literatura Fantástica (1975–1978), y de doctorado en Literatura Comparada, con especialidad en Literatura y el Cuerpo (1990–1994), en la Facultad de Filosofía y Letras (ffyl) de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). Estudió también en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (enah) y, en la Universidad de Columbia, un Programa Doctoral en Estudios de la Representación. Trabajó como asistente de dirección teatral con José Estrada y Alejandro Jorodowsky. Se ha desempeñado en la docencia y la investigación del teatro y la literatura, en la unam. Es profesor fundador, con Óscar Zorrilla y Nicolás Núñez, del Seminario de Estudios Etnodramáticos, en 1982. Ha sido profesor invitado en las Universidades de París, Washington, San Diego y Ohio. Es miembro de instituciones como la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina, la Asociación Mexicana de Investigación Teatral y la Asociación de Profesores e Investigadores de la Universidad Iberoamericana (uia). En la unam ha sido consultor académico para el programa de posgrado de teatro, integrante de la Coordinación de Literatura Comparada y miembro del Consejo del Centro Universitario de Teatro (cut) y del Sistema Nacional de Investigadores (sni).

Harold Gabriel Weisz Carrington es ensayista, dramaturgo, director y principalmente teórico de teatro. Sus líneas preferentes de investigación son la desconstrucción, la representación y la etnología con el tema del chamanismo. Se ha ocupado de la politología, el postestructuralismo y la literatura comparada, así como del concepto de etnodrama, ya que busca vincular al teatro con diversas disciplinas sociales como la antropología y la sociología. En La máscara de Genet, el autor se adentra en el entorno social, político y literario del escritor francés, del que revela el concepto de "protesta" que mostraba en sus obras, además de vincularlo con autores de la misma índole, inconformes ante su sociedad como Sade o Lautréamont. El juego viviente parte de la hipótesis de que todo proceso de representación dramática se adentra en las características lúdicas que, según el autor, subyacen en el acto ritual (menciona, por ejemplo, el juego de pelota antiguo y el significado del vuelo del volador). En este libro analiza también otros objetos del juego, como "expresiones representacionales", que van desde el trompo hasta la computadora. En Dioses de la peste, propone que el cuerpo es un sistema de signos, por lo que considera que sirve como instrumento de indagación en el análisis del texto literario. Para ello realiza una revisión de algunas teorías neurofisiológicas de Freud y Lacan, de las concepciones oníricas de los surrealistas, de las vertientes de la literatura fantástica, así como del feminismo francés, a la vez que analiza algunos textos de Apollinaire, Borges y Virginia Woolf.