Fruto de múltiples experiencias -intelectuales, afectivas, amorosas- este libro responde a los propósitos del autor cuando dice: "lo único que hace la poesía es cantar lo que a todos nos pertenece". Desde la aparente simplicidad del vivir cotidiano, Gutiérrez Vega intenta la comunión con el lector y le transmite su visión del mundo, sus inquietudes, alegrías y tristezas, y aunque los hechos que comunica pueden ser únicos y sólo por él vividos, por voluntad y virtud del poeta nos llegan directamente a todos. Este libro obtuvo el Premio Nacional de Poesía de la Casa de la Cultura de Aguascalientes en 1976.
La memoria del poeta entra en comunión con la del hombre cotidiano, sobre todo cuando esa persona es un viajero impenitente sobre el escenario de la vida. Cuando el placer termine es un libro de 1977, los 33 años de la juventud y la conciencia del tiempo. La memoria de Hugo Gutiérrez Vega se anticipa, invierte su preocupación y ve el porvenir, la incertidumbre de un mañana que se desnuda en el alba. Vendrían Los soles griegos, Las Peregrinaciones del deseo para darnos cuenta de la mirada y el temblor de los labios ante la belleza del paisaje, de los días. Vendrían los años y el recuerdo, despedidas y ausencias, vendrían los nombres olvidados, las primeras páginas escritas con la claridad sapiente de quien atestigua el ocaso de una luz corporal en pleno gozo. Vendría este hermoso libro desde la madurez del poeta joven.