2010 / 27 feb 2019 22:02
Aparte de que doña Catalina era sobrina de González de Eslava, no hay ninguna noticia más sobre ella; como señala José María Vigil, la mayor parte de las poetisas de la Colonia son anónimas,
y todas, con una sola excepción, no dejaron muestras de su ingenio sino en composiciones de circunstancias, que están lejos de favorecer el arranque espontáneo de la inspiración individual. Fuera de sor Juana, las poetisas coloniales carecen de personalidad pues no es posible adivinar al través de sus versos lo que pensaban o sentían, si bien hay que reconocerles en lo general, cierto grado de instrucción y de ingenio que les señala un puesto en nuestra historia literaria.[1]
En atención a la muy escasa representación de mujeres en el siglo xvi, incluyo aquí a Catalina González de Eslava, con la única composición suya que, hasta ahora, se conoce.