Cuando se habla o se escucha hablar de sexo o de relaciones sexuales se da por asentado que hay erotismo; de igual forma, entramos a una página con desnudos y creemos que es una "página erótica". En ocasiones, es dificil distinguir entre sexo, pornografía, amor y erotismo y, sin embargo, son encuentros distintos a pesar de tener relación uno con otro. Una definición que aprecio lo abarca es la que nos entrega Octavio Paz en su Llama doble: "El erotismo es exclusivamente humano: es sexualidad socializada y transfigurada por la imaginación y la voluntad de los hombres. El erotismo es invención, variación incesante; el sexo es siempre el mismo... Es ceremonia, representación". La búsqueda de la otredad (el ser) que el erotismo conlleva parece que es percibida de diferente manera por el hombre y la mujer. Un mismo acto tiene diferentes perspectivas desde el ángulo femenino que desde el ángulo masculino, aunque los dos lo viven con intensidad. De Anima, de Juan García Ponce, nos ofrece estos dos puntos de vista desde la visión de Gilberto y Paloma, los protagonistas de la novela. Resulta muy interesante ver cómo el mismo acontecimiento erótico es advertido por ella de una manera y por él de otro. De todo ello nos enteramos a través de los diarios personales de cada uno. Una excelente novela que nos permite llegar a comprender que sin erotismo no hay amor.