En este ensayo, el lector se aproxima a aquel Octavio Paz para el cual la literatura fue ética y política y un medio para transformar al mundo; asimismo, en forma amena y directa, podemos adentrarnos en las preocupaciones que dan vida a su poesía y sus ensayos, tales como la relación de la naturaleza con el hombre, lenguaje y su significado; o bien, su encuentro con poetas de otras épocas que lo impulsan a ser mejor poeta; además, conocemos la cotidianidad de sus relaciones personales, entre otras la vida amorosa de Elena Garro y más adelante con Marie Jo; pero sobre todo, conocemos al detalle la añoranza y fascinación de Octavio Paz por Mixcoac, misma que Patricio Eufracio retrata de manera magistral presentando al lector la lucha gozosa en algunos momentos, dolorosa en otros-, que Paz vivió desde su niñez hasta el momento que se aleja de México por vez primera. No hay duda que la Casa de Mixcoac es el recuerdo más vivo en la obra del poeta, por lo que no duda en plasmarlo a lo largo de toda su obra, reviviendo en poemas y ensayos los recuerdos y vivencias que lo hicieron hombre de tetras, de ahí que, y pese a todo, lo andado, sus amistades, sus trabajos y compromisos laborales y políticos, Mixcoac, en el ánimo del poeta, siempre ocupó un sitio privilegiado.