Es la primera novela hispanoamericana y se inscribe en la tradición del "Lazarillo de Tormes" y "El diablo cojuelo". Narrada en primera persona cuenta la historia de un pícaro en su lecho de muerte. Estilo sencillo lleno de digresiones morales, a través de los cuales pasa repaso a las formas morales, religiosas, de educación y de hipocresía.
El Periquillo Sarniento, de José Joaquín Eugenio Fernández de Lizardi, es un libro de consejos en el que el autor denuncia con detenimiento el entorno decimonónico prevaleciente en la Ciudad de México, que a finales de la Colonia era la capital de la Nueva España y comprendía el primer cuadro del actual centro histórico. Asimismo, se considera como la primera novela mexicana; se trata de una publicación en folletín por entregas semanales.
El Periquillo, narrador imaginario de Fernández de Lizardi, relata en un ambiente de hambrunas, enfermedades y corrupción agobiante la sucesión de sus aventuras, desde su nacimiento, su mala crianza en manos de nanas, su escolarización y sus andanzas callejeras —donde aprende a ser el farsante que les toma el pelo a cuantos se dejan—, su paso por varios trabajos, la forma en que enmienda sus mañas hasta que más tarde llega su muerte.
Las páginas de El Periquillo son un reflejo fiel del pensamiento ingenioso y satírico de Fernández de Lizardi, que emplea un vocabulario original y pintoresco, ideal para ser acogido por los lectores de la época y vigente para los lectores de hoy en día.
José Joaquín Fernández de Lizardi, El Periquillo Sarniento edición conmemorativa.
Aunque en rigor no haya sido la primera narración escrita en el periodo novohispano –tal como se ha señalado en diversos estudios y ediciones de otros textos pertenecientes al género–, el carácter fundacional que revistió El Periquillo Sarniento resultó determinante para el futuro desarrollo de la novela mexicana. No obstante el texto Lizardino venía marcado por su tiempo en cuanto a su índole híbrida, oscilante entre la ficción y el periodismo cultural, índole que correspondía al momento de ebullición en que apareció, uno de "mucha letradura", como diría Alfonso Reyes. Igualmente histórico es el proyecto de nación que subyace –más bien, que germina– bajo la crítica del sistema colonial. Sólo así en perspectiva histórica, se pueden apreciar los méritos del texto que el lectro tiene en sus manos.
El bicentenario de su publicación dio motivo a efectuar el año pasado; en el Instituto de Investigaciones Filológicas, unas Jornadas Lizardinas, así como a realizar la presente edición, la cual actualiza a la que apareció en la serie Obras de José Joaquín Fernández de Lizardi (Nueva Biblioteca Mexicana, números 86 y 87, 1982) sobre todo en lo que se refiere a los importatentes datos biográficos de su autor que se han descubierto en los últimos años.
Felipe Reyes Palacios