El traductor no es un sujeto que efectúa elecciones individuales —afirman las coordinadoras de este volumen—, sino un portavoz de una comunidad con un sistema de representaciones bien definidas sobre las relaciones entre culturas y lenguas, su configuración y grados de inteligibilidad. Al estar condicionada por la necesidad de adecuación al texto original y la de ser aceptable en la cultura destinataria, la traducción produce excedente de sentido, efectos que desbordan el texto de partida para teñir todo un género, una literatura, una cultura.
La presente compilación estuvo guiada por el objetivo de estudiar, con base en casos concretos, las funciones culturales de la traducción, vinculada con sus soportes materiales y con los horizontes socioculturales de los traductores. Así, los trabajos aquí reunidos abordan desde distintos ángulos la diversidad de transformaciones posibles que entraña la traducción en el ámbito cultural, a la vez que plantean —y buscan responder— cuestiones puntuales del quehacer de los traductores de ayer, hoy y mañana.