Un autor se reconoce por sus obsesiones: mensajes procedentes del futuro; rituales de oscuras sectas esotéricas; experimentos genéticos nazis; un éxito editorial que cierto narrador no recuerda haber escrito; la aparición de una mujer durante el ensayo alquímico de un hombre solitario; el conde Drácula y las deidades zapotecas; los avatares de lo erótico y lo siniestro. En estos cuentos, Mauricio Molina continúa la línea trazada en sus anteriores libros de relatos: lo fantástico, las paradojas del espacio y del tiempo, los terrores del fracaso, el individuo como extranjero del mundo, el eterno enigma femenino.
Telaraña cierra así un círculo narrativo de quince años de voluntad creadora y de la formulación de un estilo narrativo propio, largamente decantado. Dueño de una prosa rica en matices y dotada de una particular carga poética, Mauricio Molina nos propone un viaje pleno de imaginería delirante, que atraviesa las fronteras de lo real y nos introduce de lleno en el universo de la conjetura. Estas ficciones confirman a su autor como uno de los narradores más notables de la literatura mexicana actual.