Para el autor de este libro, el Viejo Mundo es "un castillo de naipes" al cual el hombre nacido y educado en América se enfrenta con los prejuicios creados durante siglos de dominio político y cultural. Así, al conocer esos países, satisfacemos el deseo de penetrar sus experiencias culturales. En estas páginas, Felipe Garrido presenta "una colección de ecos o de reflejos" surgidos del contacto con habitantes, sitios y costumbres de aquel continente, y nos hace asistir al descubrimiento de la Europa de las estampas, los libros y los turistas, tras la Europa que los europeos han inventado y promovido como producto de exportación.
Felipe Garrido escribe sobre esta obra: "La presente es una colección de ecos o de reflejos surgidos durante un largo viaje por Europa en 1968. Constituyen una visión personal y subjetiva del viejo continente".