En una nota introductoria, el propio autor da noticia de la naturaleza de este libro: “A la primera edición, publicada en 1998, añado cuatro nuevas crónicas que se publicaron antes en suplementos literarios. Mucho han cambiado las ciudades y sociedades en estos años, pero en los textos sólo he corregido o borrado lo mínimo.” Cronicario enriquecido y aumentado, entonces, con el que nuestro amigo y colaborador vuelve a compartir lo que sus ojos vieron, sus pies anduvieron y sus manos escribieron en torno a Praga, Viena, Buenos Aires, Madrid, Jerusalén, Santiago de Chile y otros ámbitos, no menos espirituales en su condición de espacios físicos. Ese viajero contumaz que Marco Antonio Campos nunca querrá dejar de ser, sabe bien que ningún viaje está completo si los pasos no llegan hasta las puertas de su registro en la memoria y las traspasan, es decir, hasta que acaban convertidos en materia compartible, y esta nueva edición de De paso por la tierra lo confirma.