El autor nos presenta en estas páginas la vida de una de las comunidades indígenas que habitan en el territorio nacional: los tzeltales.
Carlo Antonio Castro, incansable literato, etnólogo, lingüista y antropólogo, preparó Los hombres verdaderos como un documento sobre los tzeltales. Lo escribió inicialmente en el "idioma verdadero", bats'il k'op, y más tarde lo recreó novelísticamente en castellano.
Esta obra pues tiene su origen en infinidad de informes breves en tzeltal, obtenidos por su autor en Chiapas. Ello quizá influyó, además del talento literario del autor, para que la novela conserve ciertas expresiones originales, vertidas magistralmente al castellano, y la frescura e ingenuidad propias de esa etnia. Logro que, nos dice César Rodríguez Chicharro, no alcanzó Ximénez, el primer traductor del Popol Vuh.
La novela, publicada originariamente en la colección Ficción por la Universidad Veracruzana en 1959, pronto obtuvo entusiasta acogida de la crítica literaria, mereciendo comentarios y reseñas de Angel María Garibay, María Elvira Bermúdez, Carlo Coccioli, Salvador Reyes Nevares, Demetrio Aguilera Malta, Rubén Salazar Mallén y César Rodríguez Chicharro, entre otros.
El protagonista es un joven tzeltal de la época cardenista, quien, en un discurso autobiográfico, nos narra desde sus primeras vivencias hasta su vida de adulto. Su abuelo, le ha legado su sabiduría, en realidad toda su cosmogonía. Esta herencia, le permitirá explicarse, y explicarnos, entre otras muchas cosas, por qué los ladinos y los indios son en esa parte del mundo poco menos que enemigos, y cómo es que aquéllos, los kaxlanes, han arrebatado a los tzeltales, y a otros grupos indios por supuesto, sus ricas tierras y además los han sometido en las fincas a condiciones de esclavitud.