"En los primeros cantos de la Odisea, antes de narrar las aventuras de Odiseo o Ulises, Homero canta las desventuras de Telémaco, el hijo del héroe y de Penélope, que sale de Ítaca, su isla, en busca de su padre ausente. Con todos los elementos en su contra, Telémaco se hace a la mar, llega a varias islas y pide noticias de su padre, pues éste no ha vuelto a casa después de la guerra. Comprendí de golpe, a media calle -dice Paul Stephenson, protagonista de esta novela y Telémaco contemporáneo-, que cada hijo de padre ausente, por razones vitales, en busca de sus señas de identidad, de un ajuste de cuentas desgarrador, tarde o temprano sale para preguntarle a su padre por qué lo ha abandonado."
Crónica de una búsqueda y un desencuentro, Telemaquia es también territorio de la memoria, de la infancia, y narra la reconciliación consigo mismo de un hombre tras un viaje iniciático, arquetípico, esencialmente literario y liberador.