Desmodus huye de la policía en una noche de lluvia en el Centro histórico de la Ciudad de México. Quizá huye de sus perseguidores tanto como de su nueva condición: se ha convertido en un vampiro. En la madrugada, no es capaz de asumir ni disolver su nuevo estado incomprensible. Es un fugitivo y es otro y las botas de los agentes de policía retumban a su espalda. Desmodus sólo espera dos cosas antes de que salga el sol: esconder un secreto que lo consume y descubrir si quiere o no la redención inmediata. Esta novela vuelve una vez más a un tema literario que no ha cesado de seducir a autores y lectores de todo el mundo, pero lo hace con nuevos elementos. La transformación de Desmodus es real y a la vez la metáfora perfecta de un estado mórbido del cuerpo y del alma que no sólo podrán reconocer los que lo han padecido.