Es la novela de un sobreviviente, un juego rudo de imaginación literaria y un salto al vacío; el testimonio de una caída y la crónica documentada de la lucha por volver a la vida, por encontrarle un sentido después de visitar, como pesadilla, eso que Baudelaire llamó los paraísos artificiales. Un hombre aún joven, cuya intensa experiencia de vida lo ubica más allá del bien y del mal, se da a la tarea tan rescindible como caprichosa de liberar, de devolverle a una peculiar azotea su aspecto original a base de golpes de marro y cincel. De vuelta de todo, de casi todo, consignará sus jornadas en el llamado diario de campaña. El extenuante trabajo físico, sus reflexiones y confesiones son una expiación, un ajuste de cuentas con su inmersión total en toda clase de estimulantes y sustancias tóxicas, en narcóticos con los que a empedrado el camino y una larga temporada en su infierno: el lado más oscuro de la existencia a la vez que a la vez que la más intensa lucidez.