Cuatro estudiantes capitalinos van a Ciudad del Carmen a hacer sus prácticas universitarias en la Laguna de Términos. Conocen a otros muchachos (el flaco seco de Tomás Menchaca y el chino Jimmy Low) de los que se hacen amigos, y poco a poco se adentran en la sociedad y traban amistad con toda clase de habitantes: desde el Capitán Buenos Días y su familia hasta doña Tita, pasando por el rico dueño de la licorería y el afeminado propietario de los abarrotes. El primer día que salen ven, por primera vez en sus vidas, un hombre muerto en la carretera; después verán más en un extraño cementerio. Esta novela narra sus aventuras con unos y con otros, el descubrimiento de que se puede estar enamorado de una madre y de su hija al mismo tiempo, cómo matar el hambre en Los Almendros, una taquería carrito cuyos dueños se besan todo el tiempo, la experiencia de un espectáculo circense, una aventura con un ola de viento, las comilonas y las borracheras, el amor y la amistad, la vida diaria, pues, para el autor esta novela representa una evocación nostálgica que puede ser visitada y compartida.