Viendo que me estoy viendo, oyendo, desoyendo, me releo en la palabra de este Juan Manuel, que es de verdad la palabra. Esa que dijo Hölderlin: "el más peligroso de los bienes. Con ninguno me fue dada tanta proximidad, de visión y de lenguaje".
Poeta mío entre los míos, lo que más celebro en él es la fiereza, esa amarra entre vida y poesía que llega a lo libérrimo, el tono, el tono, como dijo Vallejo, el epicentro de decir el Mundo. Y otra cosa: me hubiera gustado escribir muchos de sus textos. Tanta es la afinidad entre visión y lenguaje entre los dos. Por último, cada uno es su propio nadie, ese espejo trizado o no que es la escritura.
Somos parte del coro de las galaxias: llámense surrealismo, expresionismo, beat generation, no sé qué. Todo lo más lo dejaremos siete líneas como los griegos inmortales. A ver tú, Juan Manuel, ¿no es suficiente? Pero escribe, hombre, escribe: no pares de escribir.
Gonzalo Rojas