En los once relatos que reúne La voluntad de marcharse, los protagonistas continuamente enfrentan la muerte y la condición humana. A partir de una narrativa rigurosa e intimista que audazmente integra el discurso de los diversos personajes, Eduardo Ruiz logra compartir con sus lectores una buena dosis de literatura fantástica, ya sea cuando Gastón Tévez se encierra en su determinación de abandonar la conciencia; en la fatal contradicción que emerge en la vida del chimpancé de “Variación a un tema de Kafka”; o bien en la fantasía a cinco voces que cierra el libro y establece la tradición vital literaria del autor sobre las experiencias de Juan Rulfo, Federico García Lorca, Macedonio Fernández, Fernando Pessoa y un hipotético lector, quien entrecruza y germina las emociones de sus maestros.