Quienes conozcan a Tomás Segovia como el poeta de El sol y su eco o de Anagnórisis y no lo hayan seguido más o menos de cerca a lo largo de los años, a través de sus prosas (o no hayan leído sus Actitudes, publicadas por la Universidad de Guanajuato en 1970), van a experimentar una sorpresa muy hermosa con la lectura de estas Contracorrientes. Sorpresa de comprobar que Tomás Segovia "trabaja" como ensayista a la misma altura y con el mismo amor y la misma precisión que como poeta; sorpresa de ver que en sus manos no es el ensayo de ninguna manera un "género literario menor", sino algo no menos imaginativo y placentero que un buen poema; sorpresa de que un hombre que pone en sus ensayos tanta inteligencia y tanta belleza no haya sido más asediado y más "aprovechado"por quienes se dedican al negocio de publicar buenos libros. Porque Tomás Segovia es uno de ensayistas más lúcidos, penetrantes e ingeniosos que hay en México, y uno de los más abiertos y más sin miedo. En los ensayos de estas Contracorrientes encontrará el lector una crítica muy afilada de nuestra cultura, una fe inquebrantable en la poesía y un amor a la vida que se expresa sin la menor cortapisa, sin la menor vergüenza.
Tomás Segovia (21 de mayo de 1927), Valencia, España. La luz provisional, 1950; Siete poemas, 1955; Apariciones, 1957; Luz de aquí, 1958; El sol y su eco, 1960; Terceto, 1972; Primavera muda, 1954; Actitudes, 1970, varias traducciones y prólogos y colaboraciones en revistas y periódicos nacionales y extranjeros.