Amaramara es un libro que Juan Gelman dedicó a Mara Lamadrid, pero también tiene que ver con el amor a la humanidad, a la vida, al Otro. El amor al ser humano se encarna entonces en una mujer, con la que vivió sus últimos 25 años.
Es un poemario enigmático, inquietante. No es un libro complaciente, en términos de que sea sentimental. Es una obra cargada de emociones, de significados, que encierra sobre todo el sentido del amor a la vida y el sentido del amor entre un hombre y una mujer que, a su vez, concentran y encarnan el amor por la justicia, por los ideales, por los amigos.
Este libro póstumo de Gelman es también la reivindicación de todos los valores más positivos y más vitales del hombre, encierra una visión sobre un tema que le preocupaba mucho a Juan los últimos años de su vida: el mal. Ese mal que se apodera de las sociedades y que destruye su tejido social y cultural y que además da paso a la crueldad y a la destrucción. El mal que es el crimen, el asesinato, la corrupción, la indiferencia por el Otro. Todo esto en 29 poemas que dialogan con los 23 cuadros del pintor Arturo Rivera, a quien Gelman eligió para realizar las pinturas de su libro porque lo consideraba un gran artista plástico mexicano y porque sabía que no era complaciente. Al escritor de origen argentino le agradaba que la visión de la vida del pintor mexicano tiene que ver con la belleza de lo terrible, esa belleza que nace de una sentimentalidad oscura, de un estado de ánimo en el que lo humano no es la belleza edulcorada que se trata de vender, sino la que revela que el hombre es un animal, un ente que posee partes oscuras en su corazón y su existencia.
Es un diálogo muy interesante. No es un libro bello que muestre una visión amorosa de la vida rosa. Lo rosa no tiene cabida.
El deseo de Gelman es que fuera un libro que circulara, que estuviera al alcance popular.
Juan Gelman (Buenos Aires, 1930-México, 2014). De su copiosa producción poética, iniciada en 1956 con Violín y otras cuestiones, destacan, entre otros libros, El juego en que andamos, 1959; Velorio del solo, 1961; Gotán, 1962; Los poemas de Sydney West, 1969; Relaciones, 1973; Citas y comentarios, 1982; Hacia el sur, 1982; Com/posiciones, 1986; Carta a mi madre, 1989; Salarios del impío, 1983: Valer la pena, 2001; País que fue será, 2004: Mundar, 2007; De atrásalante en su porfía, 2009 y El emperrado corazón amora, 2011, y Hoy, 2014. Su obra, traducida a varias lenguas, ha merecido, entre otros galardones, el Premio Nacional de Poesía, Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe “Juan Rulfo”, Premio Iberoamericano “Ramón López Velarde”, Premio “Santa Teresa de Ávila”, Premio Iberoamericano “Pablo Neruda”, Premio Iberoamericano “Reina Sofía” y el Premio “Cervantes” de Literatura en Lengua Castellana. El nombre de Juan Gelman figura como imprescindible en el canon de la poesía escrita en español. Libro ilustrado con pinturas Arturo Rivera.