Las páginas de esta novela-testimonio buscan reflejar muchas de las contradicciones del sistema político mexicano. La narración escueta de los hechos deja en descubierto un tema que a todos nos atañe porque de él todos somos responsables: la libertad de expresión en un país que de alguna manera se las arregla para limitarla según su propia conveniencia. Los poderosos utilizan a lo largo de estas páginas miles de artimañas —veladas y descubiertas— para amedrentar primero, y acabar después, con los problemas que Los periodistas plantean en torno a un derecho que la constitución avala. Frente a la corrupción y a los vicios de la estructura, un grupo de los protagonistas de la novela —identificados todos con su nombre real— pretende y logra en gran medida superar una crisis y ganar una batalla en la que se dirimen dos grandes temas de la historia universal: la justicia y la libertad.
A partes iguales novela, testimonio y crónica, Los periodistas es el relato apasionado de los sucesos que darían origen a una nueva era del periodismo en México: el golpe del gobierno de Luis Echeverría en 1976 al periódico Excélsior, en ese momento el más importante del país.
Vicente Leñero, testigo vital de estos acontecimientos —la expulsión de Julio Scherer García, director del diario, y la salida de los principales colaboradores, entre ellos las mejores plumas del siglo XX mexicano—, recurrió a sus dotes de literato para bordar de manera brillante un informe que refleja muchas de las contradicciones y vicios del sistema político mexicano, entre ellos, sus constantes embates contra dos grandes valores universales: la libertad de expresión y la justicia.
Obra indispensable para entender una época álgida de la historia política del país, Los periodistas permanece también como un ejercicio de la novela sin ficción, a la manera de Capote o Mailer, y como una argumentación sobre las libertades ciudadanas frente al Estado contemporáneo.