La poesía de Luis Cernuda (1902-1963) tiene su futuro asegurado, sin duda alguna. Pero sería un error atribuir esa trascendencia únicamente a La realidad y el deseo, título bajo el cual el poeta reunió su obra en verso a lo largo de su vida. No menos que ésta, los poemas en prosa de Cernuda recrean el mundo con una luminosidad excepcional y están dotados de una intensidad expresiva pocas veces vista en la poesía española.
Es sin duda en Ocnos (publicado por la Universidad Veracruzana en 1963) donde la prosa poética de Luis Cernuda dio sus resultados más felices. El libro es en gran parte una evocación de su niñez -la casa paterna, la biblioteca, el patio, las plantas, la fuente- y de su juventud en Sevilla -la ciudad, los pregoneros, el río, la universidad-. Una añoranza conmovedora del paraíso perdido por un hombre trasterrado, en exilio por sus convicciones políticas y por la guerra en España, su patria. Ese mundo idílico es captado por la imaginación de un niño sumergido en embeleso contemplativo, un chico que entra en una especie de trance que le permite ver, más allá de la realidad inmediata de las cosas, otra realidad distinta de la cotidiana, más profunda
Cernuda logra con misteriosa fuerza transmitir al lector esa plenitud de visión que el niño goza de forma espontánea, ese mundo perdido de la infancia, difícilmente rescatable para el adulto, salvo en el contacto instantáneo y mágico con el poema, como los de este libro. El deseo es otro de los grandes temas del libro, y en la obra de Cernuda la frontera que separa la contemplación de la posesión amorosa no siempre es muy nítida
Poeta sevillano de fina sensibilidad y espíritu rebelde que dejó una pulida obra de raíz romántica. Su poesía, de una sencillez lúcidamente elaborada, rechaza los ritmos marcados, la rima y el lenguaje brillante y lleno de imágenes. Sus temas habituales son la belleza, la soledad, el deseo de un mundo habitable, el destino del artista, la patria perdida, y, sobre todo, el amor, exaltado o insatisfecho.