Milán penetra en la densa trama de la poesía mexicana, en un sentido estricto: la de autores que han conformado la parte aurática de la poesía del siglo XX y la más crítica de esa misma aura. A partir de esa espesura que hace frontera con la levedad es posible mirar de un modo distinto lo que es todavía indiscutible para muchos lectores; la condición monumental de esta poesía. López Velarde, Gorostiza, Villaurrutia, Owen, Paz, Lizalde, Montes de Oca, Bracho son enfocados desde ángulos de mira problemáticos. Pero también Pacheco, Bañuelos o Deniz —para nombrar algunos de los poetas considerados aquí desde una óptica no frecuentada por la crítica mexicana— son ahora vistos desde puntos de mira que se niegan a totalizar sus obras desde el espacio acrítico de una trascendencia a priori. De este modo es posible conversar con las obras de algunos poetas mexicanos clave a la luz del día, no bajo la penumbra de la seguridad de la costumbre.
Paz, Octavio Villaurrutia, Xavier Montes de Oca, Marco Antonio Lizalde, Eduardo Oliva, Óscar Novo, Salvador Becerra, José Carlos Owen, Gilberto Bracho, Coral Bañuelos, Juan Pacheco, José Emilio Gorostiza, José López Velarde, Ramón Deniz, Gerardo Blanco