A más de cincuenta años de publicada la ciudad y el viento guarda intacta su frescura, basta iniciar con los primeros renglones para ser atrapado por esa red invisible de palabras que llevan al lector al mundo íntimo de una ciudad que es personaje principal de la trama, esta novela tuvo una serie de acontecimientos afortunados y que es todo un juego de espejos, tiene su germen en esa imagen del poeta Ramón López Velarde tan entrañable para Dolores Castro y que describe a los habitantes de la ciudad de zacatecana dividida entre liberales y católicos que se odian amablemente, pero también es la remembranza de los agobios y esperanzas de cada habitante que le dan ese rostro indómito a la ciudad y que marcaron la vida de nuestra poeta, pero se requiere de una sensibilidad que solo el alma femenina puede tener.