La poesía de Luis Antonio de Villena (Madrid, 1951) comenzó con un libro neobarroco, esteticista y extremado que se titula —latín y español a la vez— Sublime Solarium (1971); el poeta tenía 19 años. Desde entonces a acá —su último poemario por ahora es un ancho libro con fotografías, parte de texto Imágenes en fufa del esplendor y tristeza de 2016—, y en medio de tan ancho lapso, se desarrolla una obra rica y plural, muy galardonada, que ha marcado muchos senderos en la última poesía peninsular, en especial desde libros como Hymnica (1979) o Huir del invierno (1981, Premio Nacional de la Crítica de ese año), que marcaron una ruta de modernidad unida a la relectura de la tradición grecolatina, en la que nuestro poeta es experto. Otros textos como Marginados (1993), Asuntos de delirio (1996) o Proyecto para excavar una villa romana en el páramo (2012) vuelven a señalar caminos donde se reivindican ritmos nuevos y se trata el orbe de la marginalidad, el homoerotismo, la alucinación iluminada, el recuerdo vivo de lo pasado o los mundos del sexo cibernético. Con esta antología el lector tendrá ocasión de relacionarse con una de las voces más singulares de la poesía española contemporánea.