El destino suele decidirse en una apuesta. En Cuéntame lo que me pasa, de Agustín del Moral Tejeda, los personajes —un futbolista fracasado, un músico demediado entre el ser y el deber ser, y un activista político perseguido por los demonios del desencanto— enfrentan sus mundos con la sapiencia, a veces rebelde, a veces conformista, de quien intuye que en cada acto, en cada palabra, está en juego algo más que la propia historia personal. Narradas en primera persona, las tres obras de este libro logran borrar los límites de lo ficticio en su relación con la realidad, en una suerte de literatura en la que lo trágico, lo cómico o lo patético se entrelazan como fieles reflejos de un espejo en el que todos, absolutamente todos, hombres y mujeres, se asoman para observar sus rostros en los momentos decisivos de la vida.