Amor, que mueve el sol y las estrellas es un retrato atroz, casi catastrófico, del panorama político de Argentina. Y de algún modo, el foco del autor se amplió y reconocemos a América Latina en bloque. Y quizá sea más amplio el mapa, los rasgos tocan por desgracia a muchos países. Presidentes que bailan como payasos en la televisión, locutores y astros de la televisión devenidos poderes públicos, droga entremezclada con política, violencia y sangre y crimen... Sólo que la novela es muy cómica. Humor negrísimo, efectivamente, y una mirada de muchacho maligno y travieso que trama admirablemente su historia, pule su prosa y nos divierte con un cierto escándalo por el exceso. Esta novela tiene un tono nuevo, ameno, sarcástico o en manera sangrienta, y de veras el amor brilla aunque de maneras muy inusitada.