Después de entablar amistad en París con grandes poetas como Apollinare y Éluard, en 1929 Giorgio Chirico rompe con su trabajo anterior y escribe –en francés— Hebdomeros,, su única ibra literaria. Considerada en su época como una pieza clave del movimiento surrealista (aunque el autor rechazó esta denominación), fue traducida al inglés, primero por Paun Bowles, y después por William Carlos Williams.
Hebdomeros tiene una estructura narrativa compleja, en la cual se mezcla reflexión existencia y onirismo. El texto plasma la conciencia introspectiva del personaje principal, Hebdomeros, el fantasma apacible, espectro luminoso de Giorgio Chirico, Dante y Virgilio en una misma persona. Sus impresiones y recuerdos se entrelazan con escenas y eventos que sí parecen tener una progresión. Se trata de una experiencia que fluye como un sueño y nos entrega una imagen del mundo de este héroe.
De la misma manera que las pinturas del autor pueden ser leídas, este libro exige ser contemplado como un cuadro.