A través de las páginas de El bosque de abedules, Jaroslaw Iwaszkiewicz, dentro de un paisaje neblinoso y húmedo, nos lleva con sus personajes a reflexionar sobre la vida, la muerte la enfermedad, el amor, el recuerdo... la vida futura. Priva en todo el relato un sentimiento trágico aunque aunado a un humor amargo y a una ironía solapada. Los personajes, casi un boceto, poseen por los certeros trazos con que están dibujados una fuerte personalidad. Entramos a la reanudación de las relaciones entre hermanos llenos de distanciamiento, ajenos prácticamente el uno del otro y sin embargo vinculados por un inexorable lazo, la cercanía de la muerte. Bajo esta sombra nace una dulce amistad entre el moribundo y su pequeña sobrina. Como telón de fondo tenemos una aldea y sus habitantes, testigos no siempre mudos de una tragedia y de un amor que ni el pudor ni las buenas costumbres pueden admitir.
El autor de El bosque de abedules y Madre Juana de los Ángeles es un consumado maestro de la novela corta. Frecuenta los viejos temas de la vida, la soledad, el paso del tiempo, los sueños, el amor, la muerte. Este volumen reúne dos de las más importantes novelas de uno de los más destacados novelistas polacos del siglo xx. Poeta, novelista, cuentista, dramaturgo, crítico literario y musical, tradujo a Shakespeare, Gide, Tólstoi y otros.