En estricto orden alfabético, Maritza M. Buendía, Juan Antonio Caldera Rodríguez, Rodrigo Figueroa, Gonzalo Lizardo, Juan José Macías, Elvia Navarro, Sofía Ramírez, Francisco Rosas, Benjamín Valdivia y Arturo Villalobos llevan a cabo, desde distintas perspectivas y con diversos intereses, diez acercamientos a la vida y a la obra (más a esta que a aquella) de quien, lo mismo en la poesía que en la prosa, logra una originalidad (casi un idioma) que, de tan íntima, de tan personal que es, no admite discípulos ni retornos.
Unos más ensayísticos que otros, todos los textos de este libro aspiran a una revelación: aquella que resulta de la lectura de los poemas y prosas de López Velarde y que luego se enriquece con el mecanismo de confrontación que echa a andar la exégesis o las exégesis de los muchos que han escrito acerca de uno de los autores más populares de México.
Algunos textos aspiran a la conversación, al diálogo, reinvicador o por lo menos no ignorando aquello que escribió López Velarde en su famosa conferencia La derrota de la palabra (1916): "La actitud mejor del literato es la actitud de un conversador", pues "la literatura conversable reposa en la sinceridad" y "quienes conversan se despojan de todo propósito estéril". Aborrecía López Velarde "la alocución tiesa", aquella que se da cuando "la vida ha dejado de vivirse y va a recitarse". Por ello, en su honor, es justo que las nuevas generaciones no reciten La suave patria sino que la vivan, a través de la lectura enriquecida y renovada por la experiencia o por la falta de ella.
Cada uno de estos acercamientos responde, es obvio decirlo, a una actitud. Y no está de más recordarle al lector que quienes firman estos textos son en su mayoría jóvenes que dialogan con la obra de un joven (nuestro "joven abuelo") cuya muerte temprana lo hizo vivir entre nosotros joven para siempre.