Graciela Martínez-Zalce hace un recorrido a lo largo de la obra de Inés Arredondo guiada por la poética que se sugiere o explicita en el propio discurso de la escritora. El relato, en boca de narradores y protagonistas, expresa las propuestas específicamente literarias; la crítica las extrae y, por medio de un entramado a su vez poético, las recrea. Consanguinidad, perversión, locura, amor y muerte, tópicos que encarnan la textualidad narrativa, se constituirán en los hilos conductores, mas no en el fin último, de la aguda mirada analítica que los traspasa. En la revelación de los espacios simbólicos, quasi míticos, en los que se acendran la irracionalidad, el registro pulsional, la dimensión onírica, la experiencia de lo siniestro, se entrañan la textura artística y la vivencia estética explanadas por el texto de la narradora sinaloense, tanto al nivel de la creación como dirigidas a una prevista recepción. Martínez-Zalce encarna esta última y se sumerge en la textualidad, a la vez que invita a realizar lo propio a otros posibles receptores, mediante su atenta, tenaz, inteligente y sensible lectura de la obra de una de las narradoras más significativas y sólidas de nuestro tiempo.