Esta obra es doble. Por un lado, se trata del aviso de que al morir la metafísica apareció una época dominada por lo que el autor llama la telefísica, teoría que dialoga con la filosofía contemporánea (de la Escuela de Frankfurt a Debord, Baudrillard y Virilio). Por otro, se emprende un análisis sin concesiones de la cultura popular mexicana y de la industria del entretenimiento encarnada en la pantalla chica. Esta obra se suma a la tradición que explora la mexicanidad (Ramos, Paz, Portilla y Monsiváis), pero lo hace bajo una luz que ha impuesto el presente: la relación del mexicano con los medios masivos.
Esta obra es doble. Por un lado, se trata del aviso de que al morir la metafísica apareció una época dominada por lo que el autor llama la telefísica, teoría que dialoga con la filosofía contemporánea (de la Escuela de Frankfurt a Debord, Baudrillard y Virilio). Por otro, se emprende un análisis sin concesiones de la cultura popular mexicana y de la industria del entretenimiento encarnada en la pantalla chica. Esta obra se suma a la tradición que explora la mexicanidad (Ramos, Paz, Portilla y Monsiváis), pero lo hace bajo una luz que ha impuesto el presente: la relación del mexicano con los medios masivos.
Esta obra es doble. Por un lado, se trata del aviso de que al morir la metafísica apareció una época dominada por lo que el autor llama la telefísica, teoría que dialoga con la filosofía contemporánea (de la Escuela de Frankfurt a Debord, Baudrillard y Virilio). Por otro, se emprende un análisis sin concesiones de la cultura popular mexicana y de la industria del entretenimiento encarnada en la pantalla chica. Esta obra se suma a la tradición que explora la mexicanidad (Ramos, Paz, Portilla y Monsiváis), pero lo hace bajo una luz que ha impuesto el presente: la relación del mexicano con los medios masivos.