Juchitán es una enclave importante en el sureste de México por su raigambre combativa y artística: la pintura, las letras y las armas han ocupado un sitio permanente. De ahí proviene quizás el aliento vigoroso de la poesía de Jorge Magariño, una poesía que deslumbra por el poder de las palabras habituales en lucha con las palabras de encantamiento. Realidad y metáfora, grito y susurro, concreción y sueño, van tejiendo una poesía que aspira a la pronunciación más alta del idioma y a la exaltación, a la pasión por la vida. Nunca el juego verbal lo enceguece; por el contrario, envuelve en una poderosa llama todas las cosas que nombra, todas las pasiones que confiesa, todo el sentimiento humano que nos persigue y define. Dentro de la joven poesía mexicana, Nombrando las cosas, de Jorge Magariño, es uno de los importantes e inolvidables libros.