Desde 1994, año de su publicación en Tierra Adentro, Gustavo Sáinz opinaba ya de este libro: “Lo primero que llama la atención al iniciar la lectura de este hermoso libro de Guadalupe Ángeles es su decisión de apartarse no sólo de modas al día sino también de géneros establecidos. Sus textos llegan a ser poemas en prosa en la medida en que se proponen alcanzar climas espirituales, sin violentar cierta unidad estética que la acerca, más de una vez, a los procedimientos de cierta poesía. También son poéticos sus temas, y la manera de acercarse a ellos, de mirarlos con atención y malicia, con perseverancia y paciencia, rodeándolos de observaciones de todas partes. Me asombra la sencillez de esa actitud, que me recuerda páginas memorables de Guadalupe Dueñas, de Amparo Dávila, Inés Arredondo. Pero también son narraciones, intensos rescates de momentos inolvidables, o de insolente cotidianidad, sin los aspavientos contemporáneos de voces coloquiales, citas citables, o esa infralengua que resulta de la mezcla de idiomas tan socorrida por los nuevos cronistas o iconoclastas. Hay entonces en los propósitos de la joven Guadalupe Ángeles una empecinada búsqueda de una lengua propia, literaria y, por lo mismo sencilla, pura y precisa; y una búsqueda temática que ella nutre de su experiencia cotidiana, a donde lo que pasa todos los días se vuelve rescatable sólo por su capacidad extraordinaria de aprehensión, y donde nuestras anquilosadas ideas de cuento, relato, narración o historia, no pueden aceptarse más hay que revisarlas junto con ella y, al hacerlo, desembocar en nuevos territorios. Todo esto es notorio en este provocativo y estimulante volumen que no habla solamente de objetos de madera”. Esperamos que esta nueva edición de Sobre objetos de madera confirme los hallazgos de esta prosa todavía fresca.