En estas dos obras de teatro, en apariencia disímiles, Laura García retrata los desencuentros entre hombres y mujeres, en esos momentos donde la vida cambia y pone a prueba la voluntad.
"Inmarcesible" discurre en torno al secuestro de Ernesto y la sed de venganza de Amaranta, desafortunada en las relaciones de pareja y cansada del abandono que sufren las mujeres como ella. El humor negro y el absurdo nos introducen en la psique femenina y sus vericuetos. "Seda para un pez dorado" es en sí mismo un acto de malabarismo y de inestabilidad entre un marinero y una cocinera en alta mar. El juego latente entre las diferentes referencias idiomáticas y culturales, junto con el ir y venir de las olas, entretejen una confusa y caprichosa trama que envuelve sigilosamente al lector.