La poesía es un reflejo de la condición humana, somos eso, poesía, productos inteligentes de una naturaleza que brotó de algún lugar. Sólo hay que ver el mundo para darnos cuenta. Pero tampoco podemos pasar por alto que nuestra propia naturaleza puede aniquilarnos por ser una especie improcedente, por no poder madurar los graves problemas de las relaciones familiares, de pareja y de convivencia social. Y es aquí donde Julio César Félix explora con inteligencia los tópicos de la relación. De noche los amores son pardos es un libro que sin duda nos muestra un mundo interior, un espejo de los sentimientos, el momento de la mutación del poeta, su participación con el amor. Conozco este libro. Al leerlo nos daremos cuenta de que la condición humana es la misma en todos, de que son las mismas preocupaciones, con otros tintes, pero con el mismo fondo. Los versos de Julio César Félix surgen como reacción a un mundo social, son reflejo de nuestro entorno: sobresale la urgencia por comunicar cosas claras y directas, sin esos ismos que tanto daño hacen a la actividad poética. Hay en él una humildad sana y un tono de palabras que significan mucho. Julio anda en busca del significado y seguramente se topará una y otra vez con la poesía, como vehículo y pretexto para andar y comprender el mundo en toda su profundidad.