La fragilidad del campamento emprende un recorrido histórico y filosófico, partiendo de la antigüedad, cuando un hombre podía ser condenado a muerte por motivos de disidencia religiosa, hasta nuestros tiempos, donde la aceptación de las diferencias es el componente básico para la construcción de cualquier democracia verdadera.
Echando mano de pensadores clásicos y contemporáneos, como Michel de Montaigne, Judith Shklar, Sebastián Castellio y Amartya Sen, entre otros, el autor explora la evolución del concepto de tolerancia, desde que nombrara la forma de soportar lo distinto, hasta la actualidad, cuando necesariamente implica mirarse críticamente ante el espejo antes de juzgar a otros.
El ensayista hace hincapié en la necesidad de distinguir este valor universal de ilusiones como la falsa tolerancia y la indiferencia; con esa finalidad, recorre temas que componen un mapa de las relaciones sociales: la democracia, el diálogo, la indignación, la empatía.
Con un estilo sucinto que se ajusta a los argumentos y deja de lado la retórica, directo y encarnado en situaciones cotidianas, Muñoz Oliveira alerta sobre la necesidad de llevar la civilidad, la empatía y la tolerancia del ámbito privado a la esfera pública para dimensionarlo como un valor fundamental del Estado democrático.
La tolerancia es un instrumento que nos previene de la injusticia. Por eso, cuando los ciudadanos la desdeñan ponen en peligro grandes logros de la humanidad que tienen que ver con las libertades, los derechos o la idea misma de igualdad. De ahí la importancia de formar a ciudadanos tolerantes que sean capaces de persuadir a los desencantados y de trabajar por el bien común.
La democracia es nuestro «campamento», un lugar donde cada uno procura ser feliz a su modo y vivir en libertad. Sin embargo, no hay fortalezas inexpugnables a perpetuidad y las democracias se tornan frágiles; deben por tanto ser defendidas contra los ataques del fundamentalismo, la indiferencia y el descrédito de las instituciones.
En La fragilidad del campamento, Oliveira hace un recorrido histórico y filosófico por el papel que ha jugado la tolerancia en la sociedad desde la antigüedad hasta nuestros días. A través de pensadores como Montaigne, Locke, Stuart Mill, Amartya Sen, Rawls, Sennett, Nussbaum, Žižek, Zweig, entre otros, hace un repaso de la evolución de la idea de tolerancia haciendo especial hincapié en conceptos como la «falsa tolerancia» o la indiferencia y componiendo un mapa de valores propios de la democracia como el diálogo, la empatía y, cómo no, la indignación.