¿Fin de la historia? ¿Fin de las ideologías? ¿Fin de las utopías? Si acaso cabe hablar de algún fin es el de la evolución lineal, legado sutil del credo judeocristiano que indujo a todas las civilizaciones a seguir un modelo único que iba de la expulsión del paraíso a la redención final. El costo de esta locura lo vivimos hoy, entre incertidumbre y crisis global: la imposición de Tánatos sobre Eros. Mito, historia y visión se reúnen en La gramática del tiempo, una obra decididamente impar en días de igualdades, donde Leonardo da Jandra ha vertido sus ideas más originales y estimulantes. Una obra imprescindible por su actualidad y trascendencia que nos llega como un respiro fresco y un aliciente en esta época de adversidad mundial. Enrique Vila-Matas, en su nota introductoria, reconoce con entusiasmo en Leonardo da Jandra a “uno de los más sorprendentes escritores que yo he encontrado en el magnífico panorama de las letras mexicanas actuales”, y a La gramática del tiempo como “una propuesta optimista y muy atrevida que nadie debe dejar pasar. Si es cierto que la felicidad consiste en merecerse la felicidad, este libro es la felicidad misma, se la ha merecido, y para leerlo el lugar ideal es cualquier casa frente al mar”.