Los libros llegan a tener agujeros, no tanto en su materialidad como en los propios textos. Estos agujeros devienen, por la naturaleza material del lenguaje mismo, en parte significativa del texto. Así, los huecos que llagan un poema o una prosa son parte de su escritura, hacen que su ausencia dentro del cuerpo de palabras funcione como una presencia con significados semánticos. Los poemas analizados por Luis Felipe Fabre en estos ensayos espléndidamente escritos pueden, de esta manera, ser entendidos como “post-poemas”; cada agujero inscrito en ellos, cada hueco o ausencia son una posibilidad abierta, una oportunidad de nuevas lecturas para hacerlos legibles a la luz de sus respectivas ausencias. Dice el autor: “En estos 'post-poemas' la poesía se agrieta para mostrar lo que hay detrás de la belleza aún a riesgo de su propia desaparición. Grietas, agujeros, huecos que son ventanas, puertas de entrada, salidas de emergencia: modos extremos de escribir el vacío para abrirse al mundo.” Desde semejante perspectiva, él analiza en este libro el poema póstumo de López Velarde “El sueño de los guantes negros”, el poema de Néstor Perlongher “Hay cadáveres”, los “antitextos poéticos” del escritor Ulises Carrión, un (anti)discurso del antipoeta Nicanor Parra y la ficcionalización poética de Roberto Bolaño en su novela Los detectives salvajes. En un estilo diáfano y sugerente, Fabre explora la naturaleza de estos huecos textuales y, ya sea que los conciba como (des)escrituras, antiescrituras o no escrituras, enriquece nuestra comprensión en torno a la relación entre el mundo del texto y el mundo del lector.