Hay momentos en los que es necesario mirar alrededor, y darse cuenta de las ruinas por las que caminamos, pero hay momentos que dan la sensación de ser permanentes, de que esa ruina no envejeción, fue así siempre, y entonces hay que redordad, que no hubo estusiasmo y esperanza, que lo sigue habiendo y por eso caminamos entre ruinas. Jorge Aulicino, como todo poeta de su tiempo, eschuchó -escucha- su llamado y pergüeña estos poemas del Libro del engaño y del desengaño. Algo hay en ellos de recuento y de letanía, de celebración de lo perdido pues nunca hay mal gusto, piensa el poeta, en celebrar lo ganado. Las luchas políticas, las amorosas, las sentimentales son la vida, nuestra vida: <<la, mi, nuestra>> solfeo de la existencia que va a la experiencia a la posesión de ella a través de la coelctividad. Este libro le revelará al lector mexicano una importante voz de la literatura argentina contemporánea.