Nueve cuentos incluye este último tomo de Delfina Careaga, el cual recomendamos sabiendo que sus textos no se nos caen de las manos. A pesar de que continúa utilizando su estilo llano y directo, salpicado con un afable sentido del humor, aquí encontramos algo más que la autora hoy nos ofrece: un palmario deseo de jugar. Así, la mayoría de los relatos es un divertimento que, sin salirse de su nivel un tanto volátil, se va abriendo hasta emerger la flor que siempre nos regala un cuento. Careaga eligió el título del libro no sólo pensando en que, desde el inicio de los tiempos, el lenguaje humano no cesa de ser esgrimido para contar la vida y sus inextinguibles realidades y ficciones, tal como “cuentos de nunca acabar”; también lo consideró por el hecho de que, a través del relato, una mujer con ocho décadas de vida puede retornar a sus primeros años e, incluso, a su gestación, para compartirnos su experiencia. |