La continua minimización de una enfermedad como el alcoholismo, la idolatría por un padre ausente, la contención por unas manos mestizas y la búsqueda de la verdad, van hurgando en los recuerdos del pasado guardados en una caja. Oriana aprende a mirarse desde la soledad de un pequeño departamento.
Con la extraña personalidad de quien ha estado cerca de la muerte, con ayuda de sus eternas listas y con la guerra entre sus dos yos que no le dan tregua, descubre que la incansable búsqueda de la pertenencia es irreal y la aceptación de que en lo roto y en lo imperfecto también existe la belleza.
¿Es posible vivir partida por la mitad, necesitando lazos de sangre, pero anhelando la libertad del amor? En estas páginas se narra una historia que nos confirma la dualidad que todos tenemos y la eterna lucha con la soledad que se empeña en ser parte de nosotros. |