"La finalidad última del asesinato, considerado como una de las bellas artes, es purificar el corazón mediante la compasión y el terror. Por lo tanto, no hay nada impropio en asesinar."
Thomas de Quincey
Londres. Principios del siglo XIX. Una Sociedad de admiradores del asesinato se reúne cada vez que se produce un homicidio que consideran interesante, con el fin de analizarlo, pero no desde un punto de vista jurídico o moral, sino estético. ¿Ficción, realidad?
Inicialmente, Del asesinato considerado como una de las bellas artes puede ser tomado como un sátira, una gran burla a la sociedad y a las gentes de su época. Ahora bien, cabe la pregunta, ¿no estaría De Quincey expresando sus ocultas pasiones, escondidas en lo más profundo de su subconsciente? Un hecho aberrante -el asesinato sin compasión de toda una hermosa familia-, sirve para que, a través de una novela, dos jóvenes asesinos sean compadecidos e incluso admirados por los lectores. ¿Dónde está el bien y dónde el mal?