Como una compleja maquinaria, en Anticitera, artefacto dentado, de Aura García-junco, se eslabonan las narraciones de aparatos que leen los astros, vapores hirvientes, manuscritos secretos e inventores enloquecidos, para crear una atmósfera mágica y misteriosa. A partir de la configuración de una ficción consciente y honesta, como ya se anuncia desde el epígrafe que abre la novela, el lector se adentra en un universo imaginativo con reminiscencias a las leyendas antiguas y los referentes clásicos.
La estructura fragmentaria, relatos individuales que componen un conjunto, funciona a su vez como un sistema solar o, mejor dicho, como los engranajes de un artilugio complejo. Así, cada capítulo, aunque en apariencia independiente, es una pieza más que gira alrededor de una sola historia: la del artefacto capaz de predecir el movimiento de las estrellas y los planetas. Inspirada en aquellos maravillosos objetos inventados en la antigua Grecia, esta narración es también un mecanismo de relojería.
Para acercarse a la presente novela, no hace falta ser alquimista ni pionero de la técnica y la ciencia, ni tampoco anticipar las posiciones astronómicas, pero si tener una mente abierta. Al igual que Arquímides imaginó instrumentos que recreaban el momento en que “el sol y la luna bailan en una partitura perfecta, matemática, de proporciones y doblajes”, en estas páginas los elementos ancestrales se reinventan.